Por  María Suárez Alemán

El pintor de arte sacro, Josué Hernández

Este proyecto expositivo es fruto de varios años de investigación en la universidad. Bajo el título El espejo de las vanidades. Alegorías pintadas sobre la muerte para la sociedad contemporánea, se trata de una serie de pinturas realizadas en óleo sobre tabla, cuya temática queda englobada en una meditación en torno a la muerte a través de los pecados capitales. Quizás la temática parezca algo propio de la escatología, pero tiene un mensaje algo más profundo. Se trata, pues, de una critica sutil a la sociedad de consumo a través de un contexto puramente barroco.

Este proyecto quiere convertirse en una sencilla invitación a mirar de nuevo a la muerte, no de forma macabra o atemorizante. Aspira a la representación de una balanza personal en la que analizar y valorar nuestras cargas diarias, aquellas cosas que no nos aportan nada a nuestra vida, y aunque las obras aparecen elementos visibles de carácter contemporáneo para acercar lo representado al espectador actual, lo representado evita ser una visión realista de la temática. Es, de alguna forma, una interpretación simbólica de los problemas más acentuados que padece nuestra sociedad, clasificados en torno a la idea del conjunto de los pecados capitales.