Canarias, además de Andalucía oriental, Ceuta y Melilla, escapan de la ola de calor prevista hasta el lunes 6 de agosto

La primera ola de calor que afectará comenzando agosto a la Península no afectará a Canarias / Foto: José Luis Sandoval
La primera ola de calor que afectará comenzando agosto a la Península
no afectará a Canarias / Foto: José Luis Sandoval


En esta ola de calor  de agosto 2018 se pueden alcanzar los 44ºC en los valles del Tajo, Guadiana y Guadalquivir



 A partir del miércoles 1 de agosto, debido a las condiciones de estabilidad atmosférica en gran parte del país, a la fuerte insolación propia de estas fechas y a la entrada de aire cálido de origen africano procedente del sur por la mitad occidental peninsular, tendrá lugar la primera ola de calor del verano, que durará al menos hasta el lunes 6. El episodio será especialmente intenso y duradero en el cuadrante suroeste, la zona centro y el valle del Ebro, superándose los 40ºC, a partir del miércoles en buena parte del interior del cuadrante suroeste y, a partir del jueves, en puntos de la zona centro y valle del Ebro. El jueves y el viernes, incluso se podrían alcanzar los 44ºC en los valles del Tajo, Guadiana y Guadalquivir.  En la meseta norte e interior sur de Galicia, se superarán los 36ºC en amplias zonas a partir del jueves, pudiéndose alcanzar los 39ºC/41ºC. En el resto del país es probable que se alcancen o superen los 35ºC a partir del viernes y sábado, afectando a zonas donde son poco habituales estas temperaturas como el interior del área Cantábrica y el litoral catalán. Por el contrario, este episodio de calor no será significativo en el litoral de Andalucía oriental, Canarias, Ceuta y Melilla. 



Las temperaturas mínimas serán también significativamente altas en amplias zonas, sobre todo, en el cuadrante suroeste, donde podrían no bajar de los 25ºC a partir del jueves. En el resto se mantendrán por encima de los 20ºC, salvo en áreas de montaña.

Aunque hay una incertidumbre elevada, es posible que a partir del lunes 6 se inicie un lento y progresivo descenso de temperaturas.