El primer edil del municipio firguense y el alto mando de la policía local de aquella localidad declaran la guerra inmediata a la ciudad de la piedra y de las flores. Según confirma nuestro corresponsal en la zona Juajo Ferrera:

"Reivindicamos una deuda histórica", y añaden: "Firgas merece una salida al Atlántico que Arucas nos ha robado". Las pretensiones del Consistorio es llegar al mar y apropiarse de un kilómetro de litoral en las inmediaciones de Quintanilla con la finalidad de crear un puerto marítimo de lujo y, de paso, celebrar la rama.

Como primera medida, la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas pasará a llamarse "Heredad de Una Firgas Grande y Libre". Desde el Mirador de la Montaña firguense, ya están preparados varios cañones pendientes de agitarse, con miles de litros de agua gasificada, que apuntan sobre lugares estratégicos donde residen los poderes fácticos tales como Ayuntamiento de Arucas, Emisora de Radio Municipal  y Polideportivo Municipal.

Por su parte, los aruquenses defenderán el emplazamiento costero colocando cáscaras de plátano en la bajada por el Trapiche y Bañaderos con la intención de desestabilizar el equilibro de las primeras tropas a pie que ya se están organizando en Casablanca y Buen Lugar.

La Guerra ha comenzado: ¡Sálvese quien pueda!