De la alegría por Josefa y su salida de prisión a la tristeza por la dramática muerte de los refugiados 


Entre la alegría por la salida de prisión de Josefa y el drama de la muerte de refugiados en Australia
Entre alegría y mucha pena hoy 
De la alegría del abandono de prisión de Josefa a la tristeza más absoluta por los refugiados muertos en un camión frigorífico en Austria


Por la alegria de la salida de prisión de Josefa y por el drama de la muerte en Australia de refugiados
Por José Luis Sandoval
Un día entre alegría y drama...




La vecina de Fuerteventura Josefa Hernández ha abandonado la cárcel de Tahíche, en Lanzarote, donde ha pasado los últimos tres días y medio, después de que la Audiencia de Las Palmas decidiera volver a dejar en suspenso su condena por construir una vivienda ilegal, entre ellas sus hijas, varios parientes y el alcalde de su pueblo, Betancuria, Marcelino Cerdeña (independiente).

Pero esta alegría no ha podido aliviar la inmensa tristeza que me ha causado que casi 50 refugiados hayan muerto asfixiados (apretados unos contra otros), una de las muertes más inhumanas que me pueda imaginar.

Los cadáveres de estas persona (seres humanos) que huían procedentes de zonas de guerra como Siria han sido hallados en un camión frigorífico abandonado en el este de Austria, país al que entró desde Hungría, en un presunto caso de trata de personas.

Los supervivientes, entre los que había diez niños, relataron que "apenas tenían aire para respirar" en el interior. Pese a sus ruegos al conductor (quien se encuentra en paradero desconocido), éste les ignoró y siguió conduciendo sin descanso desde la frontera de Serbia hasta Austria. Esto supone que habrían cruzado en su viaje también Hungría.

Y cada día estamos retrocediendo más, en vez de avanzar con el paso del tiempo. Cada vez nos estamos acostumbrando a estas noticias que poco a poco las vamos asimilando como lo cotidiano de los telediarios. De cuando en cuando un cabreo en las redes sociales y ya nos hemos desahogado... ¡Maldita tecnología! ¡maldito presente y maldito futuro medieval!